Gemma Lluch nos explica en su artículo los mecanismos que provocan un
enganche a ciertas lecturas actuales en la literatura juvenil y que se
convierten en un tiempo relativamente corto en éxitos de ventas. Estos
mecanismos se refieren a las estrategias
diseñadas antes, durante y después de la lectura del libro con la finalidad de
conseguir el mayor número de ventas. Son estrategias ligadas al sistema
cultural que propone este tipo de productos culturales, pero también encontramos
diferentes marcas discusivas utilizadas para conseguir un tipo de lectura que
produzca un placer rápido, fácil y que potencie la repetición.
Frente a las obras clásicas literarias encontramos una producción
literaria, que en la mayoría de los casos,
los críticos y élites intelectuales catalogan como subliteratura,
contraliteratura o paraliteratura, una terminología un tanto despectiva.
Sin embargo, la paraliteratura tiene una gran importancia en tanto en
cuanto canaliza la literatura a través de un mundo mediático donde la
globalización y convergencia, a pesar de generar cambios profundos en el texto
literario (la mayoría de ellos negativos) amplifica la influencia de este texto
abierto a múltiples ventanas.
La paraliteratura no se reduce simplemente al público juvenil. Muchas
lecturas paraliterarias consiguen unificar el lector: encontramos en inglés una
doble edición de los harrypotters, por ejemplo, una tapa con fotografía para un
lector adulto y otra con ilustración para el juvenil.
En las ocasiones en que este tipo de literatura alcanza un nivel de
popularidad que lo convierte en un verdadero fenómeno, hablamos del autor o relato
que se convierte en marca. El mundo posible creado a través del nombre de la
narración, se convierte en una marca que el comprador identifica fácilmente y
que toma la forma de todos los productos de consumo dirigidos a los niños y
adolescentes. Incluso nuevas narraciones que imitan la manera de hacer del
original ya que a menudo algunas narraciones nacen con este propósito y se
diseña conjuntamente la narración y el merchandising que la acompañará, un buen
ejemplo son las películas que se estrenan en la época navideña o en el verano.
En otros casos el éxito de una narración, en la que no se había puesto
demasiada atención, provoca la rápida creación de los productos como ha
ocurrido, por ejemplo, con Harry Potter.
Enlace del artículo: http://bib.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/08140529869714262977857/p0000001.htm#I_0_
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